domingo, 31 de octubre de 2010

¿Y quién va a defender al pueblo?

Un mes después y la justicia no llega. Es verdad que casos como estos son complicados, pero ya hace un mes del intento del golpe de Estado en Ecuador y no hay ningún caso abierto contra la policía por los abusos y la violencia que utilizaron contra la ciudadanía, que fue al hospital policial bajo la consigna de rescatar al Presidente del país, Rafael Correa.

La Fiscalía ha abierto un caso contra los policías por rebelión, magnicido (por intento de asesinato al Presidente), por no permitir el acceso de los asambleístas a la Asamblea y por utilizar indebidamente el material público, es decir, utilizar motocicletas y municiones, entre otras cosas, para atacar la ciudadanía en vez de defenderla.

Sin embargo, desde mi punto de vista hay una carencia muy grande: no hay ni un solo caso contra la policía por los 10 muertos y los 274 heridos. Los militares, después de una aparatosa operación, rescataron al Presidente. De los enfrentamientos directos entre policías y fuerzas varias que fueron a salvar a Correa hay un escalofriante balance de 5 muertos y 200 heridos. Además, el hecho de que los agentes no fueran a patrullar ese día desató una ola de violencia que provocó cinco muertes más y 74 heridos. ¿Quién velará por ellos?

David Morocho, pintor de 22 años, y Edison Pacheco, electricista de 17 años, fueron heridos el pasado 30 de septiembre por agentes. Si bien ellos han declarado a la Fiscalía, el problema es que no vieron a sus agresores. En el caso de Pacheco los policías que le dispararon tenían la cara tapada. Estas dos personas son de condición humilde, ¿quién los va a defender de una de las instituciones más poderosas del país? De momento, nadie, ni el gobierno ecuatoriano se ha hecho cargo de los abusos que los policías cometieron contra estos ciudadanos.

Además, ninguna de estas dos víctimas ha recibido ninguna ayuda económica del Estado, a pesar de que fueron al Hospital de Quito con la finalidad de salvar a Correa. En el caso de Morocho, padre de tres hijos, una bala le destrozó el intestino, tiene tres meses de baja, sin poder trabajar y en este tiempo no está ingresando nada de dinero para mantener a su familia. Morochó explica que su madre es la que le está prestando dinero, porque el Estado no le da nada.

El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, pidió al pueblo que fuera a rescatar a Correa y el pueblo respondió heroicamente y arriesgó su vida para poder salvar al Presidente. Ahora, Correa, Patiño y todo el ejecutivo ecuatoriano le deben todo a su pueblo, porque gracias a los ciudadanos no triunfó el golpe de Estado.

Por un lado, le deben al pueblo justicia, justicia para atrapara aquellas personas que atentaron contra la vida de los ciudadanos. Por lo menos, el Gobierno ecuatoriano debería abrir un caso en la Fiscalía para defender a todos aquellos que dieron su vida o la arriesgaron por el Presidente, se lo deben, porque muchos de ellos son humildes y no pueden luchar contra una institución de tanto peso como la Policía Nacional.

Por el otro, este pueblo, que al final ha sido la verdadera víctima del intento del golpe de Estado, también se merece una recompensa económica por los hijos, padres o maridos que perdieron y no podrán ver más y por las secuelas que les ha dejado en sus propias carnes la brutal violencia policial.
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4 comentarios: on "¿Y quién va a defender al pueblo?"

en el clavo dijo...

Y tienes razón sí señora, pero desgraciadamente la Justicia nunca suele estar del lado del pueblo. Que triste.
Se nota que te corre sangre roja por la venas.

Sein dijo...

Jajjaja! Me pillaste, sangre roja, roja, pero es verdad, si ni los gobiernos socialistas defenden a sus pueblos, ¿quién los va a defender? porque los de derechas está claro que no. La justicia siempre es para los de arriba, a los de abajo no llega.

Nuria Vega dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nuria Vega dijo...

Dónde dije Diego, ahora no me acuerdo. Bueno ya sé que no es así, pero la realidad es que en situaciones extremas como la que se ha vivido en Ecuador ni los amigos son tan amigos. Los políticos recurren a las pasiones, en ocasiones ridiculizando los mismos valores por los que ellos llegaron al poder. Es una pena eso sí, que los crédulos o creyentes siempre sean los mismos, los que puestos a repetir tienen todas las de perder. A veces hay quien gana, pero en la mayoría de los casos, el cuento se repite una y otra vez ;) Besos!

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