viernes, 22 de enero de 2010

Haití, una historia de injusticias

El escritor uruguayo Eduardo Galeano publicó el 15 de enero un artículo en el que denunciaba la brutal historia de Haití, marcada por la intervención de potencias extranjeras y por dictaduras militares despóticas.

Viendo las imágenes de estos días, parece mentira que Haití fuera la perla de Francia, la colonia que más beneficios le aportaba a ese gran imperio. También parece mentira que fuera el primer país en toda América en independizarse de sus colonizadores, después de Estados Unidos. Y también resulta chocante pensar que fue el primer país donde la comunidad negra era libre, pues si bien Estados Unidos se independizó años antes, en el país norteamericano la población negra aún seguía siendo esclava. Entonces podemos decir, que Haití fue el primer país de toda América donde todos los ciudadanos eran realmente libres.

Pero una historia trágica, donde las potencias extranjeras, como Francia y Estados Unidos, o monstruosas dictaduras como la de Duvalier saquearon el país y lo convirtieron en lo que es actualmente, el país más pobre de América Latina. Un reportero de un periódico español explicaba que visitó uno de los barrios más pobres de Puerto Príncipe, que fue uno de los pocos que sobrevivió al terremoto. Obviamente, sobrevivió porque antes del terremoto, en ese barrio, ya no había casas y la gente convivía en la calle con la basura y los cerdos.

El segundo país más pobre de Latinoamérica es Nicaragua, donde el 50% de la población vive en situación de pobreza (no extrema), pero es que Haití tiene índices más parecidos a un país africano que a uno de la región. Pues en Haití el 70% vivía antes del terremoto en situación de pobreza extrema (ahora se cree que más) y con menos de un dólar al día, además es el 5 país del mundo con más violencia.

Si bien el terremoto de Haití no se podría haber evitado, pues los desastres naturales son imparables, seguramente sus consecuencias se podrían haber paliado con anterioridad y podrían haber sido menores. Eso, habría sido posible si la comunidad internacional no hubiera condenado a Haití a vivir en la miseria y hubiera evitado que otros países devoraran los recursos que pertenecían a los haitianos. Y es que el único mal de Haití, ha sido ser un país con una abrumadora mayoría de población negra, en un planeta gobernado por una minoría blanca y racista.
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