En Costa Rica, por tradición, hay dos familias queridas y con gran poder político. Una, son los Figuera Ferrer (con esos apellidos uno ya se puede imaginar de donde descienden, ¿no?) y los otros son los Calderón Guardia.
José Figueras Ferrer fue fundador del Partido de Liberación Naciona (PLN)l, teóricamente socialesdemócratas, pero poco queda de eso. Por otro lado, los calderonistas, que pertenecen al Partido Unidad Social Cristiano (PUSC).
Rafael Ángel Calderón Guardia gobernó Costa Rica de 1940 al 1944 y después de cuatro años apartados del trono, se volvió a presentar como presidente en 1948. Ese año, según los figueristas, las elecciones fueron manipuladas, lo que desencadenó una pelea entre los dos posibles candidatos que acabó con la victoria de José Figueras Ferrer, que para que no hubiera ninguna bronca más entre hermanos, anuló el ejército. Asimismo, creó el Tribunal Supremo de Elecciones para que no se pudiera manipular los votos de los ciudadanos.
Pues cosas de la historia, resulta que el médico Calderón Guardia, durante su mandato en los años cuarenta, remodeló y puso en marcha un novedoso sistema de seguridad social, que sigue vigente en la actualidad, que sigue siendo único en toda la región.
Pues cosas de la vida, pero cincuenta años más tarde, en 1990, su hijo, Rafael Ángel Calderón Fournier, asumió el poder del Estado para el PUSC, el mismo partido que su padre. Paradojas de la vida, pero ahora Calderón hijo, está siendo juzgado por un escándalo de corrupción relacionado con la gran obra de su padre, la seguridad social.
En las pasadas elecciones, las del 2006, pasó un hecho histórico. Los casos de corrupción que agitaban al PUSC, a raíz del escándalo Calderón que se destapó en 2004, y el viro hacia posiciones más de derecha que estaba asumiendo el PLN, hizo que un tercer grupo, el Partido de Acción Ciudadana (PAC), antiguos liberacionistas descontentos con el rumbo de su partido, escalara posiciones hasta colocarse, por primera vez, como el segundo partido más votado. De este modo, rompió el bipartidismo que se venía dando en Costa Rica desde 1948.
Situémonos en la actualidad, en la nueva época de precampaña electoral. El
PUSC, totalmente en decadencia, ha optado por volver a presentar como candidato a la presidencia de la República a Rafael Ángel Calderón Fournier. Paradojas de la vida o de la mentalidad costarricense, Calderón, actualmente, es el único que puede hacer que el PUSC, se vuelva a subir al trono del poder. En Costa Rica, como en otros países, se admira y apremia a “los pillos” que han sabido burlar las leyes estatales. Y la verdad, dentro de la clase política costarricense, hay muchos “pillos”, pero pocos con tantos seguidores como Calderón.
Ahora bien, hace un par de meses empezó el juicio contra Calderón y vacios de la Ley Costarricense (y probablemente de muchas otras legislaciones), pero la constitución del país no prohíbe que un preso pueda presidir la nación.
Movámonos en el terreno de las hipótesis. Si Calderón es culpable, ¿hará la campaña electoral desde la cárcel o lo dejaran salir para los mítines? Y qué pasaría si gana las elecciones y al mismo tiempo es culpable ¿mandará desde la Cárcel, dirigirá el país entre rejas o bien buscaría un sucesor que no sería del agrado de los costarricenses? O peor, que pasaría si ganara las elecciones en febrero, tomara posesión en mayo y en los siguientes meses dictaminaran que es culpable. Entonces, ¿podría ir a la cárcel o los presidentes tienen inmunidad? Claro, se supone que tiene inmunidad durante su mandato, ¿pero qué pasa con un presidente al que se empezó a juzgar antes de que ganar las elecciones?
Muchas incógnitas se mueven alrededor de este personaje tan trascendente en la vida pública costarricense. Otra de las paradojas o de las coincidencias de la historia, cuando Arias dejó la presidencia, fue sucedido por Rafael Ángel Calderón Fournier, el que ahora se presenta otra vez para el PUSC con una candidatura envuelta de misterio. Calderón afirmó a la prensa local que, en esta ocasión, espera no encontrarse con las arcas vacías, como cuando las heredó de la administración de Arias de 1986/90. ¿Será que el expresidente no tuvo suficiente con el dinero que se robó de los costarricenses entre 1990 y 1994?
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