domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Qué puede haber detrás de una posible guerra con Corea del Norte?

Tal vez es una desconfianza innata que tengo con todas las acciones que hace Estados Unidos, pero me cuesta creer que todo lo que hace este país lo haga desinteresadamente, sin perseguir ningún objetivo detrás.

Esto mismo pensé ayer cuando leí que Corea del Sur y Estados Unidos se estaban preparando para atacar a Corea del Norte. Buscando en google, encontré este artículo que se publicó en 2008 en el periódico español El País. Creo que esto demuestra que detrás de esta posible guerra se esconde un oscuro interés de Estados Unidos por hacerse con el control de esta península rica en minerales, que además está situada en una zona estratégica fronteriza con China y Rusia. Asimismo, se ha descubierto petróleo en Corea del Norte, un país que, según Estados Unidos, está dentro del Eje del Mal, donde también se incluyen Siria e Irán otros países ricos en recursos naturales y petróleo que no tienen relación de "amistad" con Estados Unidos.
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viernes, 26 de noviembre de 2010

Temas que atrapan

Como periodista, a veces hay noticias que te impactan más que otras, hay noticias que crees que por su relevancia, tienes que ir tras de ellas, cueste lo que cueste, porque como periodista mi misión es informar.

Por eso, hay temas que cuando te llegan a las manos, sabes que tienes que perseguirlos hasta conseguirlos, porque son cosas que se tienen que explicar, que la gente tiene que conocer y que no pueden seguir ni en la oscuridad ni en la impunidad.

Uno de estos temas vino a parar a mis manos, por casualidad, nada más llegar a Ecuador. Un día fui a cubrir una performance de unas chicas lesbianas que eran jugadoras de un equipo de fútbol y que habían sido expulsadas de la liga barrial en la que participaban por su tendencia sexual.

Entonces, entrevistando a una de las jugadoras me comentó que, actualmente, en Ecuador existían clínicas para tratar a homosexuales. Estas clínicas consideran que la homosexualidad es una enfermedad, un trastorno mental, que se puede curar.

La verdad es que no me lo podía creer que en pleno siglo XXI sucedieran hechos como estos y se violaran los derechos de este colectivo.

En Barcelona, tuve la oportunidad de entrevistar a un hombre que había sido sometido a un tratamiento de electroshock por ser gay, pero eso fue en época franquista.

En seguida me puse en marcha con este tema y a la semana estaba entrevistando a una chica de 21 años que había sido ingresada en una de estas clínicas y a su novia de 23 años. Cuando vi su sufrimiento, me conmoví y vi que me iba a costar mucho este tema porque no podría tratarlo subjetivamente.

A lo largo de dos meses, he estado peleando para poder tirar este tema en adelante, he visitado una clínica donde supuestamente realizaban tratamientos de este tipo, pero me lo negaron, entrevisté a un representante del colectivo gay de Ecuador y a la directora General de Salud.

Al final, después de mucho esfuerzo, conseguí sacar la crónica, pues no es un tema fácil en un país donde la Iglesia tiene mucho poder y hay rechazo social hacia la homosexualidad es contundente. Pero me sentía con el deber de denunciar esta situación, de lo que sufren estas personas por su condición, que no es considerada por el resto de la sociedad como lo "moralmente normal o correcto".

Me sentía con el deber, por todos mis amigos homosexuales, por mis tías postizas, por todas aquellas personas que tanto me han ayudado en toda esta vida y que, ahora, haciendo una nota de este tipo sentía que, en cierta forma, estaba ayudando en su lucha, o al menos, poniendo mi granito de arena de la única forma que sé, escribiendo y denunciando esta situación.

Pero también iba más allá, como mujer, pues sentía que se estaban violando el derecho de estas chicas por dos cosas: una por ser lesbianas, otra por ser mujeres. Tal vez, eso, me afectó más que si hubiera entrevistado a un hombre, porque ante todo en esta vida soy mujer y quería explicar que en Ecuador no sólo se violan los derechos de los homosexuales, sino también el de las mujeres lesbianas.

Nosotras, las mujeres, siempre estamos en la sombra de todo, cuando hay una reivindicación, normalmente, es por los derechos de los hombres, por eso, poder poner en relieve el sufrimiento de estas chicas me hizo que aún luchara más, que me conmoviera más, porque por fin podía realizar una nota que ponía en primer plano uno rostro femenino.
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